Un poco de historia
¡La historia de las Calanques se remonta a más de 100.000 millones de años! Las rocas del macizo de las Calanques son de origen sedimentario. Se formaron durante la Era Secundaria (Jurásico y Cretácico), por transformaciones químicas y acumulación (hasta varios centenares de metros) de fragmentos de esqueletos y conchas de microorganismos marinos en el fondo de un mar cálido.
Hace 60 millones de años, estas rocas emergieron al superponerse las placas tectónicas africana y europea. Bajo la acción de la erosión y de numerosas variaciones climáticas, el macizo se deforma progresivamente. Los periodos cálidos facilitan la creación de una red kárstica. Con la fusión de los hielos, la acción combinada de la escorrentía y la infiltración dio lugar a la formación de cuevas, simas y ríos subterráneos… Los periodos de glaciación durante el Cuaternario (hace 1,8 millones de años) provocaron el descenso del nivel del mar (- 130 m).
Hace más de 20.000 años, en el momento más frío del Cuaternario, el mar se encontraba entre 15 y 20 km frente a Marsella. El accidentado terreno de las calanques, que culmina a 500 m con el Monte Puget, estaba cubierto de una densa vegetación de estepa, enebro y pino silvestre que albergaba un variado bestiario de caballos, pero también bisontes y uros. Junto al mar, y contra todo pronóstico, nos cuesta imaginar que focas, pingüinos y otros animales marinos pudieran colonizar estos paisajes. Hoy, las reproducciones de estos animales encontradas en las paredes de la grotte Cosquer, hoy sumergida a -40 metros de profundidad, en el Cap Morgiou, son testimonio intacto de este pasado lejano y de la presencia de los primeros humanos en Provenza.
El nivel del mar subió entonces, inundando las costas y las cuevas. La erosión de los macizos calcáreos del litoral continuó, favoreciendo la formación de relieves escarpados y valles profundos y estrechos. Aparecen entonces los vertiginosos contornos de nuestros paisajes actuales, que no dejan de deslumbrarnos con su extravagante belleza.