



Bulevar Longchamp.
Este bulevar, plantado de plátanos, fue creado por una asociación de propietarios que, tras dejar en manos de la ciudad la apertura del bulevar en la década de 1830, construyeron bloques de apartamentos y mansiones privadas.
Este bulevar, plantado de plátanos, fue creado por una asociación de propietarios que, tras dejar en manos de la ciudad la apertura del bulevar en la década de 1830, construyeron bloques de apartamentos y mansiones privadas.
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Boulevard Longchamp
Este bulevar bordeado de plátanos fue creado por una asociación de propietarios que, después de haber dejado a la ciudad el cuidado de abrir el bulevar en los años 1830, construyó a todo su largo inmuebles de importancia y palacetes. Tuvo un éxito inmediato, y muy pronto se desarrolló todo un barrio de una gran homogeneidad arquitectónica. Puede encontrarse aquí el tipo de casa denominado “de 3 ventanas”, cuyo esquema será repetido hasta el infinito en varios barrios de Marsella.
La fachada mide por lo general 7 metros de ancho por 14 metros de profundidad. Según la riqueza y los deseos del propietario, el inmueble estará más o menos ornamentado esto se lleva a cabo sobre todo en la parte superior de las puertas de entrada y en los marcos de las ventanas. En ocasiones, el módulo de 3 ventanas se dobló, y en algunos inmuebles pueden aparecer pues 6 ventanas, pero la fecha de construcción de estas casas es, con frecuencia, más tardía. Además del tipo de 3 ventanas, pueden verse igualmente palacetes construidos por una única familia, cuya decoración aparece muy cuidada. Hay que resaltar que la mayor parte de estos inmuebles poseen un jardín, que se orienta hacia el sur en las casas construidas del lado de los pares. Es fácil darse cuenta de que la calidad de vida era ya una de las preocupaciones de los arquitectos del siglo XIX.
El Palacio Longchamp
La ciudad carecía de agua, y desde el siglo XVI se contemplaba la posibilidad de abrir un canal que suministrase a Marsella el agua del río Durance. En el siglo XIX el problema del agua se convirtió en una obsesión para la municipalidad, lo que se agravó con una epidemia de cólera que tuvo lugar en 1835. Desde 1838 se establecieron proyectos para abrir ese canal, y es el del ingeniero de Caminos y Puentes Franz Mayor de Montricher el que resultó elegido. Para abrir ese canal, de una longitud de 85 kilómetros, hubo que abrir subterráneos, construir 18 puentes acueductos, fueron necesarios 10 años de obras y la tenacidad de ciertos personajes, como el alcalde Consolat. Desde los inicios de la obra en 1839, se imaginó la construcción de un arca de agua monumental, para más gloria de este agua tan preciosa. Tras varios proyectos, será elegido el del arquitecto de Notre-Dame de la Garde, Henry Espérandieu, para edificar el más importante edificio de los que se construyeron en Marsella en la época del Segundo Imperio.
El monumento, que se inauguró en 1869, conmemoraba la llegada de las aguas del canal de la Durance a Marsella. Reunía en un mismo lugar el Museo de Bellas Artes, el Museo de Historia Natural, un parque botánico y zoológico. La rica decoración del edificio evoca la abundancia y la fertilidad que traen consigo las aguas del canal. La escultura tiene en él un papel preponderante. El célebre escultor de animales Antoine Louis Barye realizó los leones y los tigres de la entrada, y la fuente monumental en el centro de la columnata es obra de Jules Cavelier. En ella se ve representado el río Durance, rodeado de figuras que simbolizan la viña y el trigo, sobre un carro tirado por toros de la Camarga. El decorado del interior de los museos es también muy destacable: la escalera de honor del Museo de Bellas Artes está adornada con dos grandes telas encargadas en 1867 a Puvis de Chavannes: Marsella, colonia griega, y Marsella, Puerta de Oriente. El Museo ha conservado en la sala Provence, pintada por Raphaël Ponson, un muy bello ejemplo de museografía antigua. Instalado en el ala izquierda del Palacio, El Museo de Bellas Artes.
Desde 1869 se instaló en el ala derecha el Museo de Historia Natural. Creado en 1815 bajo el impulso del Marqués de Montgrand, alcalde de Marsella, y del Conde de Villeneuve, prefecto del departamento de Bouches-du-Rhône, el Museo reúne colecciones de gabinetes de curiosidades del siglo XVIII donados por la ciudad y por el Estado. Su creación se inscribe dentro del movimiento floreciente de museos que tiene lugar en Francia durante el siglo XIX. Sirvió de apoyo a la nueva Facultad de Ciencias de Provenza, que se fundó en 1856.
Si la construcción del palacio Longchamp fue el reflejo del poder de Marsella, el Museo es igualmente un testimonio de su vida política, económica y científica. En efecto, en el enriquecimiento de las colecciones participaron comerciantes, armadores, científicos naturalistas locales de renombre internacional e, igualmente, el jardín zoológico, que no siempre llegaba a salvar a los animales “de moda” que llegaban al mismo y que permanecían en Marsella durante algunos meses antes de salir con destino al Jardín de Aclimatación de París.
Sus colecciones le han valido ser clasificado en la primera categoría de museos en 1967, entre otros nueve grandes museos de Francia. Desde entonces, está bajo la tutela del Ministerio de Educación Nacional, de enseñanza Superior y de Investigación, poniendo al frente de su dirección a un conservador nombrado por el Estado.
En cerca de dos siglos, el Museo de historia natural ha reunido testimonios inestimables del patrimonio natural que pone a disposición del público y de la comunidad científica en las salas de zoología, de osteología y de prehistoria, o también en la Sala de Provenza.
Gracias a sus misiones científicas, culturales y educativas, viene desarrollando desde siempre su especificidad mediterránea, tanto en el campo de la investigación como en el enriquecimiento de sus colecciones.
El observatorio, el establecimiento científico más antiguo de Marsella, pronto podrá festejar sus 300 años. Antes de la rehabilitación de la meseta de Longchamp, estaba instalado en los Accoules en la parte vieja de Marsella, en el Collège de Sainte-Croix, en donde había sido creado en 1702 por los jesuitas, por decisión del rey.
El observatorio es un establecimiento dependiente del Ministerio de Educación Nacional y del CNRS. Hoy es un centro de tratamiento de datos obtenidos por los mayores telescopios del mundo, y a partir de las grandes experiencias espaciales, y un laboratorio de desarrollo instrumental. Los temas principales de investigación se orientan actualmente hacia el estudio de las galaxias y el medio interestelar. Desde enero de 2000, el observatorio se ha ampliado, convirtiéndose, junto con el Laboratorio de Astronomía Espacial de Trois Luc de Marsella, y el observatorio de Alta Provenza, el Observatorio Astronómico Marsella Provenza, instalado en la sede de la Universidad de Provenza.
Además de sus actividades de investigación, el observatorio se quiere abierto al público, y a los jóvenes estudiantes, por lo que regularmente viene proponiendo actividades de difusión de la astronomía. La asociación « Andromède » organiza exposiciones, visitas escolares, la recepción de grupos (tanto de niños como de adultos), conferencias y observaciones del cielo, así como sesiones de planetarium. Por otra parte, el observatorio alberga una muy bella sala de viejos instrumentos, que el grupo “Patrimonio” presenta al público y a los estudiantes.
Este bulevar bordeado de plátanos fue creado por una asociación de propietarios que, después de haber dejado a la ciudad el cuidado de abrir el bulevar en los años 1830, construyó a todo su largo inmuebles de importancia y palacetes. Tuvo un éxito inmediato, y muy pronto se desarrolló todo un barrio de una gran homogeneidad arquitectónica. Puede encontrarse aquí el tipo de casa denominado “de 3 ventanas”, cuyo esquema será repetido hasta el infinito en varios barrios de Marsella.
La fachada mide por lo general 7 metros de ancho por 14 metros de profundidad. Según la riqueza y los deseos del propietario, el inmueble estará más o menos ornamentado esto se lleva a cabo sobre todo en la parte superior de las puertas de entrada y en los marcos de las ventanas. En ocasiones, el módulo de 3 ventanas se dobló, y en algunos inmuebles pueden aparecer pues 6 ventanas, pero la fecha de construcción de estas casas es, con frecuencia, más tardía. Además del tipo de 3 ventanas, pueden verse igualmente palacetes construidos por una única familia, cuya decoración aparece muy cuidada. Hay que resaltar que la mayor parte de estos inmuebles poseen un jardín, que se orienta hacia el sur en las casas construidas del lado de los pares. Es fácil darse cuenta de que la calidad de vida era ya una de las preocupaciones de los arquitectos del siglo XIX.
El Palacio Longchamp
La ciudad carecía de agua, y desde el siglo XVI se contemplaba la posibilidad de abrir un canal que suministrase a Marsella el agua del río Durance. En el siglo XIX el problema del agua se convirtió en una obsesión para la municipalidad, lo que se agravó con una epidemia de cólera que tuvo lugar en 1835. Desde 1838 se establecieron proyectos para abrir ese canal, y es el del ingeniero de Caminos y Puentes Franz Mayor de Montricher el que resultó elegido. Para abrir ese canal, de una longitud de 85 kilómetros, hubo que abrir subterráneos, construir 18 puentes acueductos, fueron necesarios 10 años de obras y la tenacidad de ciertos personajes, como el alcalde Consolat. Desde los inicios de la obra en 1839, se imaginó la construcción de un arca de agua monumental, para más gloria de este agua tan preciosa. Tras varios proyectos, será elegido el del arquitecto de Notre-Dame de la Garde, Henry Espérandieu, para edificar el más importante edificio de los que se construyeron en Marsella en la época del Segundo Imperio.
El monumento, que se inauguró en 1869, conmemoraba la llegada de las aguas del canal de la Durance a Marsella. Reunía en un mismo lugar el Museo de Bellas Artes, el Museo de Historia Natural, un parque botánico y zoológico. La rica decoración del edificio evoca la abundancia y la fertilidad que traen consigo las aguas del canal. La escultura tiene en él un papel preponderante. El célebre escultor de animales Antoine Louis Barye realizó los leones y los tigres de la entrada, y la fuente monumental en el centro de la columnata es obra de Jules Cavelier. En ella se ve representado el río Durance, rodeado de figuras que simbolizan la viña y el trigo, sobre un carro tirado por toros de la Camarga. El decorado del interior de los museos es también muy destacable: la escalera de honor del Museo de Bellas Artes está adornada con dos grandes telas encargadas en 1867 a Puvis de Chavannes: Marsella, colonia griega, y Marsella, Puerta de Oriente. El Museo ha conservado en la sala Provence, pintada por Raphaël Ponson, un muy bello ejemplo de museografía antigua. Instalado en el ala izquierda del Palacio, El Museo de Bellas Artes.
Desde 1869 se instaló en el ala derecha el Museo de Historia Natural. Creado en 1815 bajo el impulso del Marqués de Montgrand, alcalde de Marsella, y del Conde de Villeneuve, prefecto del departamento de Bouches-du-Rhône, el Museo reúne colecciones de gabinetes de curiosidades del siglo XVIII donados por la ciudad y por el Estado. Su creación se inscribe dentro del movimiento floreciente de museos que tiene lugar en Francia durante el siglo XIX. Sirvió de apoyo a la nueva Facultad de Ciencias de Provenza, que se fundó en 1856.
Si la construcción del palacio Longchamp fue el reflejo del poder de Marsella, el Museo es igualmente un testimonio de su vida política, económica y científica. En efecto, en el enriquecimiento de las colecciones participaron comerciantes, armadores, científicos naturalistas locales de renombre internacional e, igualmente, el jardín zoológico, que no siempre llegaba a salvar a los animales “de moda” que llegaban al mismo y que permanecían en Marsella durante algunos meses antes de salir con destino al Jardín de Aclimatación de París.
Sus colecciones le han valido ser clasificado en la primera categoría de museos en 1967, entre otros nueve grandes museos de Francia. Desde entonces, está bajo la tutela del Ministerio de Educación Nacional, de enseñanza Superior y de Investigación, poniendo al frente de su dirección a un conservador nombrado por el Estado.
En cerca de dos siglos, el Museo de historia natural ha reunido testimonios inestimables del patrimonio natural que pone a disposición del público y de la comunidad científica en las salas de zoología, de osteología y de prehistoria, o también en la Sala de Provenza.
Gracias a sus misiones científicas, culturales y educativas, viene desarrollando desde siempre su especificidad mediterránea, tanto en el campo de la investigación como en el enriquecimiento de sus colecciones.
El observatorio, el establecimiento científico más antiguo de Marsella, pronto podrá festejar sus 300 años. Antes de la rehabilitación de la meseta de Longchamp, estaba instalado en los Accoules en la parte vieja de Marsella, en el Collège de Sainte-Croix, en donde había sido creado en 1702 por los jesuitas, por decisión del rey.
El observatorio es un establecimiento dependiente del Ministerio de Educación Nacional y del CNRS. Hoy es un centro de tratamiento de datos obtenidos por los mayores telescopios del mundo, y a partir de las grandes experiencias espaciales, y un laboratorio de desarrollo instrumental. Los temas principales de investigación se orientan actualmente hacia el estudio de las galaxias y el medio interestelar. Desde enero de 2000, el observatorio se ha ampliado, convirtiéndose, junto con el Laboratorio de Astronomía Espacial de Trois Luc de Marsella, y el observatorio de Alta Provenza, el Observatorio Astronómico Marsella Provenza, instalado en la sede de la Universidad de Provenza.
Además de sus actividades de investigación, el observatorio se quiere abierto al público, y a los jóvenes estudiantes, por lo que regularmente viene proponiendo actividades de difusión de la astronomía. La asociación « Andromède » organiza exposiciones, visitas escolares, la recepción de grupos (tanto de niños como de adultos), conferencias y observaciones del cielo, así como sesiones de planetarium. Por otra parte, el observatorio alberga una muy bella sala de viejos instrumentos, que el grupo “Patrimonio” presenta al público y a los estudiantes.
Boulevard Longchamp
Este bulevar bordeado de plátanos fue creado por una asociación de propietarios que, después de haber dejado a la ciudad el cuidado de abrir el bulevar en los años 1830, construyó a todo su largo inmuebles de importancia y palacetes. Tuvo un éxito inmediato, y muy pronto se desarrolló todo un barrio de una gran homogeneidad arquitectónica. Puede encontrarse aquí el tipo de casa denominado “de 3 ventanas”, cuyo esquema será repetido hasta el infinito en varios barrios de...
Este bulevar bordeado de plátanos fue creado por una asociación de propietarios que, después de haber dejado a la ciudad el cuidado de abrir el bulevar en los años 1830, construyó a todo su largo inmuebles de importancia y palacetes. Tuvo un éxito inmediato, y muy pronto se desarrolló todo un barrio de una gran homogeneidad arquitectónica. Puede encontrarse aquí el tipo de casa denominado “de 3 ventanas”, cuyo esquema será repetido hasta el infinito en varios barrios de...
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- Estación de metro a menos de 500 m