Descubrir Marsella en junio al sol: visitas culturales
Lugares imprescindibles entre historia, cultura y patrimonio
Con vistas a la ciudad de Marsella, la Basilique Notre-Dame de la Garde acoge a cerca de 2 millones de visitantes al año. Según la tradición, esta basílica de estilo romano-bizantino vigila a marineros, pescadores y a toda la población de Marsella. Apodada la Buena Madre, se puede llegar a ella a pie, en coche o tomando el trenecito turístico que sale del Vieux-Port.
Después de visitar este monumento religioso de Marsella, diríjase a la Mucem, el primer gran museo nacional dedicado al Mediterráneo. Podrá ver exposiciones permanentes y temporales sobre diversos temas (historia, antropología, arqueología, historia del arte y arte contemporáneo). Arquitectura diseñada por Rudy Ricciotti, este museo marsellés es una verdadera ciudad cultural abierta al mar abierto. Integrado en el Mucem, el fort Saint-Jean se descubre bajo el sol de la ciudad focense. Alegre laberinto, está abierto a todos los que deseen deambular por sus jardines abiertos y descubrir sus misteriosos secretos.
Accesible mediante una lanzadera acuática desde el Puerto Viejo, el castillo de If puede visitarse bajo el sol del Mediterráneo. Antigua prisión estatal, esta fortaleza atrae a millones de visitantes cada año. La hizo famosa Alexandre Dumas en su obra El Conde de Montecristo en la que el héroe es encarcelado en este edificio feudal.
Otro lugar imprescindible de Marsella para visitar en un día soleado: el palais Longchamp. Construida originalmente para traer las aguas del Durance a la ciudad, esta torre de agua está formada por varias entidades: el Museo de Bellas Artes de Marsella (en el ala izquierda), el Museo de Historia Natural de Marsella (en el ala derecha), un jardín público y un parque con observatorio (en la parte trasera). Auténtico himno al agua, este palacio es una visita obligada si viajas a la ciudad focense en junio.