Descubrir Marsella en invierno al sol: visitas culturales
Lugares imprescindibles entre historia, cultura y patrimonio
La primera visita que debe realizar durante su estancia este invierno en Marsella es sin duda la basílica de Notre-Dame de la Garde, encaramada a 154 metros sobre el nivel del mar. Apodada comúnmente La Buena Madre, este edificio romano-bizantino vigila a pescadores, marineros y a toda la población de Marsella. Cada año recibe cerca de 2 millones de visitantes, lo que lo convierte en el monumento más visitado de Marsella.
Con exposiciones temporales y permanentes, el Mucem -primer gran museo francés dedicado al Mediterráneo- ofrece una interesante colección de obras en las que se entrelazan múltiples temáticas (historia, antropología, arqueología, historia del arte y arte contemporáneo). Diseñado por el arquitecto Rudy Ricciotti, el edificio de la explanada J4 sigue siendo una referencia cultural abierta al mundo entero. Integrado en el museo, el fort Saint-Jean, un alegre laberinto, acoge a numerosos visitantes que pueden deambular por su pueblo y sus jardines en busca de sus pequeños secretos.
Otro lugar ineludible de Marsella, el Castillo de If (antigua prisión de Estado accesible en transbordador marítimo desde el Vieux-Port hasta la isla del mismo nombre) atrae cada año a miles de visitantes. En la novela de Alejandro Dumas Le Comte de Monte-Cristo, el héroe es encarcelado en esta histórica fortaleza. Esta historia hizo famoso este punto de la ciudad focense.
En el distrito 4 se encuentra el palais Longchamp, un castillo de agua construido originalmente para acoger las aguas del Durance en la ciudad. Se compone de varias entidades: el Museo de Bellas Artes de Marsella (en el ala izquierda), el Museo de Historia Natural de Marsella (en el ala derecha), un jardín público y un observatorio.
Barrios animados y auténticos
Al alojarse en Marsella, es obligado pasar por el Vieux-Port, famoso por sus mercados matinales de pescado. Más allá de esta visita obligada, otros barrios atípicos de la ciudad focense merecen un desvío. Es el caso del quartier du Panier, en el distrito 2, dividido en tres barrios administrativos: Hôtel-de-Ville, Les Grands-Carmes y La Joliette. Su autenticidad le conquistará con sus callejuelas coloridas y frondosas,tiendas artesanales y bistrós acogedores. ¿Una anécdota? El barrio ficticio de Mistral, en la serie de televisión Plus belle la vie, se inspira en el Panier.»
A continuación, diríjase a uno de los barrios más originales de Marsella: el barrio de Notre-Dame-du-Mont, en el distrito 6, se enorgullece de su arte urbano. Entre música de artistas urbanos, podrá admirar los coloridos grafitis de las escaleras y muros del cours Julien. Un cambio de aires garantizado
¿Aficionado al fútbol? Diríjase al estadio Orange Vélodrome para apoyar al Olympique de Marseille entre sus seguidores más fervientes. Estos últimos son conocidos por su capacidad para crear ambiente los días de partido, con fuertes gritos y cánticos patrióticos. Para vivir una experiencia de inmersión total, hazte con una entrada para el Tour del estadio del OM, que te permitirá visitar los bastidores del estadio como si formaras parte del equipo. Tendrás un acceso privilegiado a los vestuarios, la sala de prensa, la sala de preparación y la exposición de trofeos.