Fabrication du savon de marseille

Jabón de Marsella

Imprescindible

Si tuviera que llevarse un solo recuerdo de su estancia en Marsella, sin duda sería el famoso jabón de Marsella, ¡tan conocido en todo el mundo! Imitado con demasiada frecuencia por los industriales, pero nunca igualado, el auténtico jabón de Marsella se elabora a partir de grasas vegetales, sin colorantes, perfumes ni aditivos artificiales. Al contener un 72% de aceites, minimiza el riesgo de alergias y puede utilizarse en todo tipo de pieles, incluso las de los más pequeños.

La historia del jabón de Marsella

En la época de los galos, el jabón ya se utilizaba para lavar la ropa y teñir el pelo de rojo. Esta pasta se obtenía mezclando cenizas de haya y sebo de cabra. Marsella y el jabón se remontan a casi 700 años atrás, ya que se tiene constancia de la existencia del primer jabonero en los alrededores de Marsella a finales del siglo XIV. En el siglo XVI, la industria jabonera marsellesa, creada a raíz de las Cruzadas, superó la fase artesanal. A principios del siglo XVII, la producción apenas podía satisfacer la demanda de la ciudad y sus alrededores. El puerto de Marsella recibía incluso jabones de Génova y Alicante.
Pero la guerra bloqueó los suministros procedentes de España y los jaboneros marselleses tuvieron que aumentar su producción para poder abastecer a los franceses del norte y a los compradores holandeses, alemanes e ingleses.

En 1660, había 7 fábricas en la ciudad con una producción anual de casi 20.000 toneladas. Bajo Colbert, la calidad de la producción marsellesa era tal que el «jabón de Marsella» se convirtió en un nombre común. En aquella época, se trataba de un jabón verde que se vendía principalmente en pastillas de 5 kg o de 20 kg. En 1786, 48 fábricas de jabón de Marsella producían 76.000 toneladas, empleando a 600 obreros y 1.500 presos cedidos por el Arsenal des Galères. La industria floreció hasta la Primera Guerra Mundial, cuando la dificultad de transportar las semillas por mar afectó gravemente al negocio de los jaboneros. En 1913, la producción era de 180.000 toneladas, descendiendo a 52.817 toneladas en 1918.
Después de la guerra, la industria jabonera se benefició de los progresos en la mecanización; la calidad del producto se debió a la utilización de procesos antiguos y la producción volvió a aumentar hasta alcanzar las 120.000 toneladas en 1938.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Marsella seguía representando la mitad de la producción francesa, pero los años siguientes fueron desastrosos.
Hoy en día, todavía hay tres fábricas de jabón en funcionamiento en Marsella.

¿Lo sabías?

Los antiguos dicen que el jabón de Marsella alivia los calambres y el reumatismo. Para ello, coloque un trozo de jabón en la parte inferior de su cama…

Jabón de Marsella, una nomenclatura precisa

Famoso en todo el mundo, el jabón de Marsella es un producto de calidad que requiere una nomenclatura muy precisa para tener la denominación. Es imprescindible comprobar la presencia del logotipo registrado por la Unión de Profesionales del Jabón de Marsella para asegurarse de la autenticidad del producto. Tenga en cuenta que no todos los jabones, ni siquiera los que se venden en Marsella, son jabones de Marsella. El jabón de Marsella debe contener al menos 72% de aceite vegetal, información que aparece estampada en una de las caras del pequeño cubito verde o blanco. Este sésamo tiene muchos beneficios, como su suavidad, que a diferencia de los jabones industriales no irrita la piel. Es más, los dermatólogos lo recomiendan para ciertas afecciones cutáneas como el eccema y la psoriasis. Por último, puede utilizarse como desinfectante de pequeñas heridas. El jabón de Marsella tiene muchos otros usos, como lavar la ropa. Hoy en día, el jabón forma parte del patrimonio vernáculo de Marsella. Se puede utilizar como recuerdo o regalo para llevar a los seres queridos.

¿El jabón de Marsella es necesariamente verde o blanco?

En los mercados, los jabones se venden a menudo con el nombre de«jabón de Marsella». Lo primero que hay que hacer es fijarse en el color del jabón. Aunque las variaciones de rojos, rosas, amarillos y azules puedan parecer atractivas y representativas de la Provenza, no es así. Los jabones de Marsella son de color verde oliva (a base de aceite de oliva) o blanco (a base de aceite de palma, copra o cacahuete). Como con cualquier producto cosmético, conviene asegurarse de que la composición está claramente detallada (en el jabón o en la etiqueta).
Desgraciadamente, hoy en día la denominación jabón de Marsella no está protegida y existen muchas falsificaciones en el mercado. (Jabón a base de grasa animal, coloreado, perfumado, etc.). Esté atento cuando compre en Marsella.

¿El jabón de Marsella se fabrica realmente en Marsella?

No se trata de una intoxicación, las 4 fábricas de jabón que actualmente elaboran el jabón de Marsella tradicional en calderos, se encuentran todas en las Bouches-du-Rhône, hay 3 en Marsella. El jabón de Marsella es, por tanto, un producto de la artesanía y el saber hacer locales. Estas jabonerías utilizan un proceso denominado «saponificación en caldero». En un gran caldero, los aceites vegetales se transforman en jabón por la acción de la sosa (base). Es posible visitar algunas jabonerías en determinados horarios (infórmese previamente). Le Fer à cheval y Savonnerie du Midi ofrecen visitas guiadas durante la semana.

Diagrama de fabricación

Las distintas etapas de la fabricación del jabón cambian muy poco con el paso del tiempo. Se siguen encontrando hoy en día.

  • Maceración del aceite: emulsión de grasas con lejías alcalinas. La mezcla se lleva a ebullición en enormes calderos.
  • Empalme: las impurezas depositadas en el fondo del caldero se eliminan tres veces.
  • Liquidación: la lejía se hierve durante horas, se empalma de nuevo y se rocía con agua pura para precipitar las últimas impurezas al fondo del caldero.
  • secado en moldes
  • corte cuando el jabón aún está blando.
  • Sellado: el nombre y la marca del fabricante tras la solidificación.
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