Aperitif au Vallon des Auffes à Marseille, coucher de soleil
©Edwige Lamy

La manera marsellesa de hablar

El marsellés, lengua por derecho propio, pertenece a la rama marítima del provenzal. Para los no iniciados, la lengua puede parecer vulgar, pero en realidad se contenta con llamar a las cosas por su nombre. Seamos claros desde el principio: si hay vulgaridad en la lengua marsellesa, está más en los oídos del oyente que en la boca del usuario.

«Le Parler Marseillais» se transmite de generación en generación

Del patio de la escuela a las pistas de petanca, de Estaque a la Pointe Rouge, esta lengua que tanto apreciamos ha perdurado. Aunque para nosotros, los marselleses, todavía guarda algunos secretos, sigue siendo un misterio y continúa intrigando a los no marselleses que nos visitan o conocen a un marsellés.

La lengua marsellesa está en el corazón de numerosas obras, desde las divertidas escenas que Marcel Pagnol hizo famosas durante una partida de cartas hasta las alocadas canciones de Massilia Sound System y Jul. Nuestra lengua se basa sobre todo en la metáfora y el sentido figurado. En «Jean de Florette», de Marcel Pagnol, el papet llama cariñosamente «Galinette» a Ugolin. Mientras que en la traducción literal del término, una «galinette» es simplemente un escarcho, un pescado que se pone en la bullabesa, el sufijo «ette» da un aspecto cálido a la palabra y muestra todo el afecto que el viejo siente por su sobrino.

A veces ciertas palabras pueden llevar a confusión, porque si en Marsella la gente compra «un restaurant», está comprando una gran barra de pan de medio kilo. «Pilotis», además de ser pilotes que sostienen una casa, son también tacones de aguja altísimos e incómodos para las señoras que los llevan. La lista de ejemplos podría continuar durante muchas páginas.

Parte integrante de la historia y la cultura de la ciudad.

Marsella es mucho más que su atractivo visual: sus playas, islas y calas. Ha sabido transmitir a su población una identidad, un cierto orgullo de ser ciudadano de la ciudad más antigua de Francia, una lengua en la que muchas palabras se utilizan espontáneamente todos los días, deslizándose sutilmente entre dos términos de la lengua de Molière.

Para comprender mejor la importancia de la lengua marsellesa, es posible comprar obras de calidad escritas por autores locales. Si en su primera visita a Marsella siempre se pregunta quién es «Dégun», ¿se trata de un amigo? ¿Un familiar? ¿Un vecino? En su segunda visita, quizá entienda por qué el marsellés habla tanto de sus colegas, un término que en francés tiene un significado ligeramente distinto.

Las 10 mejores expresiones marsellesas

Un auténtico marsellés se reconoce por su acento, su charla, pero sobre todo por sus expresiones. Incluso a sus vecinos de Toulon a veces les cuesta entenderle, comprender plenamente el «dialectode Marsella»¡Así hasta las traducciones!

1- Arrête de m’emboucaner avec tes histoires de fadas !
¡Deja de confundirme con tus locas historias!

2- Allez boulègue sinon il n’y aura plus dégun.
Vamos, date prisa, o no quedará nadie.

3-C’est quoi ce moulon là-bas ?
¿Qué es esa reunión de ahí?

4- Il est complètement empégué ce jobastre !
¡Está completamente borracho este idiota!

5- Il a voulu le chaler sur son vélo et ils sont tombés !
¡Intentó llevarlo detrás en su bicicleta y se cayeron!

6- Il fait trop chaud je vais caner !
¡Hace demasiado calor, me voy a morir!

7- On a joué au ballon et on l’a quillé dans l’arbre.
Jugamos a la pelota y la atascamos en el árbol.

8- Ce matin on était tous esquichés dans le métro.
Esta mañana íbamos muy justos en el metro

9- Peuchère, elle l’a attendu jusqu’à l’an Pèbre !
¡La pobre, lo ha esperado mucho tiempo!

10- Il marrone tout le temps.
Refunfuña todo el tiempo.

Y todas las demás palabras que sólo un marsellés puede entender…

Fillade= Riña
Cafoutch = cuchitril, un pequeño trastero
Escagasser = hacerse daño o cansarse
Estrasse = vestido descuidado
Zou maï! = ¡Ve una vez más!
Se néguer = ahogarse
Se ruiner= herirse
Tron de l’air = alguien con mucha energía
¡Tè vé! = ¡mira eso!
Quel toti! = ¡qué imbécil!

Ahora ya sabe todo lo que hay que saber para hablar marsellés.

Y si quiere hablar aún más marsellés que un marsellés, ¡hágase con el libro de Robert Bouvier «Le parler Marseillais»!

Cerrar