groupe de santons de couleur Blanche de la marque Arterra

Santons

Una tradición provenzal

Los Santons de Provence son infaltables cuando se trata de Navidad en Marsella. Cuando llega diciembre en Provenza, la tradición manda construir el belén. Las figuritas de arcilla que lo pueblan se conocen con el nombre de santons. Mucho más que una simple costumbre, se trata de una forma de arte local, parte integrante de la tierra de Marsella y de la Provenza.

La historia de los Santones en Provenza

El emblemático Santon de Provenza, de barro cocido, nació en Marsella a finales del siglo XVIII y es una de las raras artesanías que aún se fabrican a la manera tradicional. El auténtico santon de Provence, de arcilla sin cocer, fue creado por Jean-Louis Lagnel (1764-1822), digno descendiente de sus antepasados de miga de pan, yeso, cera o vidrio hilado. La fabricación de esta figurilla ha continuado hasta nuestros días, respetando un saber hacer en el que creación y secretos de taller han estado siempre asociados.

¿Quiénes son los personajes representados
por los Santones?

Primero está la Sagrada Familia (José y María a los que se une Jesucristo el 25 de diciembre), después el buey y el asno que, a modo de símbolo, velan en un establo por el niño divino que acaba de nacer. También están representados los Reyes Magos, que llevan regalos el día de la Epifanía. El ángel Gabriel, el pastor y sus ovejas son también Santones que se encuentran inevitablemente en un belén. Aunque la decena de santones que acabamos de mencionar constituye la base del pesebre provenzal, a los provenzales y marselleses no les faltan ideas para construir todo un pueblo en torno al establo sagrado.

Como en todos los pueblos, está el alcalde (Lou Conse en provenzal), que luce con orgullo el pañuelo tricolor y lleva siempre su sombrero de copa y su paraguas.

Luego están el ciego y su hijo, la pareja de boumians (bohemios), el famoso ayuda de cámara conocido como «Lou Pistachié», el cura, el monje, el panderetero y su farandulero. Por supuesto, esta lista no es en absoluto exhaustiva, ya que las profesiones cotidianas también están representadas: el panadero, el carnicero, el pizzaiolo, el futbolista y muchos otros…

Un santon que no puede faltar merece una atención especial: el ravi. «Lou ravi» es su nombre en Provenza. Representa al «fada» (el loco) del pueblo o más bien al «sorprendido», su asombro marcado por sus brazos levantados en el aire. Se alegra del nacimiento del niño, pero como es un hombre bastante pobre, no tiene más que ofrecer que su alegría y su sonrisa. Este personaje es el origen de la expresión «ravi de la crèche» (alegrado del pesebre), utilizada para describir a una persona ingenua que se maravilla ante lo poco.

¿Quién hace los Santones?

La persona que realiza los santones es el santonnier. Es un verdadero artista, que utiliza la arcilla para crear multitud de figuras realistas que ocupan su lugar en el belén. La meticulosidad y la paciencia son dos cualidades esenciales para crear bellas piezas. La imaginación del santonero da para mucho, ya que los santones también pueden representar a personas reales. Hay, por ejemplo, un santón que representa a Lino Ventura. También se representan escenas de las novelas de Marcel Pagnol, como la famosa partida de manila llena de engaños. La conocida «Fanny», que exhibe sus nalgas a los jugadores de petanca, también es el tema de un santon.

Algunos santonniers realizan belenes animados, como es el caso de Gilbert Orsini en Allauch. En su belén de 100 m², abierto dos meses al año, los visitantes pueden admirar una escena de la vida de un pueblo provenzal representada por 650 santones.
Hoy en día, de Marsella a Aix-en-Provence, pasando por Aubagne, hay unos 120 talleres de fabricación de santones. Se venden santones de diferentes tamaños, ya pintados o para pintar. Muchos artesanos abren las puertas de sus talleres al público para que los visitantes descubran su oficio, que forma parte integrante de la tradición artesanal local.
En Aubagne, el Petit Monde de Marcel Pagnol expone una magnífica colección de 200 santones, obra de artesanos del Pays d’Aubagne et de l’Etoile. El descubrimiento de este patrimonio vernáculo hará las delicias de todos los visitantes, jóvenes y mayores, gracias a su mezcla de tradición y modernidad (sonido, luz, etc.).

 

La Feria de los Santones de Marsella

Sus orígenes se remontan al periodo que siguió a la Revolución, lo que la convierte en la feria del santón más antigua de Provenza.
La tradición marsellesa de la feria de la santonería nació a la vez del fervor popular por la celebración de la Natividad y de la aparición de la figura típicamente provenzal de la santonería.
Reuniendo a algunas de las más antiguas familias de santoneros, ofrece a los aficionados la posibilidad de adquirir una gran variedad de santones, desde los más raros a los más originales, así como belenes antiguos de cartón, corcho o papel encolado.
La feria del santón de Marsella se inaugura cada año el tercer fin de semana de noviembre y se clausura el 31 de diciembre. Se inaugura al son de panderetas y en presencia de grupos folclóricos, tras la misa de los santoneros celebrada en provenzal en la Eglise des Réformés, en lo alto de la Canebière.
La Feria del Santón está abierta de 10:00 a 19:00 y se sitúa generalmente en torno al Vieux-Port (Place Général de Gaulle o Quai du Port según el año)

 

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